En medio de los recientes actos de protesta
supuestamente “pacifica”, realizados en algunos puntos de nuestras ciudades, he
escuchado mucho la palabra “resistencia”, la he escuchado de labios de Señoras amas de casa, jóvenes
encapuchados , y la he visto escrita junto a la palabra “liberta” así mismo sin
d, pintada en las paredes, lo que me ha puesto a pensar en lo efectivo que es
el sistema imperial corporativo,
lavándole el cerebro a la gente y apropiándose de los símbolos clásicos de la revolución
antifascista, para enmascarar sus actos de terrorismo.
Así vemos como los asesinos de la contra
nicaragüense, las mafias cubanas en Miami y los asquerosos terroristas de
grupos como Al Qaeda, Al Nusra y demás se convierten, en el discurso de los prostituidos
medios corporativos, en insignes “luchadores por la libertad”, y vemos también
con asombro, como sanguinarios tiranos como los que hoy gobiernan los países
del golfo, pasan a ser “excelsos y piadosos monarcas” miembros de esa magnífica
realeza que siempre ha gobernado, como bien sabemos, de cualquier forma menos
democráticamente.
Aquí en nuestra patria, la batalla semiótica
se libra despiadadamente en nuestras calles, en los medios de comunicación y en
las redes, pero más que todo, en nuestras mentes.
Pero déjenme dejar algo bien en claro, en
resistencia estamos los millones de venezolanxs que nos vemos obligados ya casi
todos los días, a resistir, a resistir el humo toxico de la basura con plásticos,
cauchos y demás desechos sumamente tóxicos, que nuestros insignes “luchadores
por la libertad” queman en frente de nuestras casas, edificios y negocios.
En resistencia estamos todos los que tenemos
que resistir que unos pocos miles de disociados y confundidos, no nos permitan
llegar a nuestros trabajos, llevar nuestros hijos a sus escuelas y
universidades para que puedan educarse y construir junto a la gente trabajadora
un país próspero y en paz.
En resistencia estamos todxs los empresarios
que no podemos abrir nuestras empresas y negocios, porque grupitos de violentos, casi todos tarifados y
muchos bajo los efectos del alcohol y las drogas, destruyen y siembran el caos, todo con la excusa de salir de una
“dictadura” que solo existe en sus mentes y en la propaganda creada en los
laboratorios de las elites imperiales.
En resistencia estamos todos los que no
podemos llegar a ser tratados en hospitales y C.D.I., porque las calles están
bloqueadas por cuatro locos violentos que deciden “protestar pacíficamente”
trancando inconstitucionalmente el libre
tránsito y asediando impunemente los centros de salud.
En resistencia estamos todos los ciudadanos y
ciudadanas decentes que queremos trabajar y vivir en una Venezuela en paz.
No señores violentos ustedes no son la
“resistencia”, ustedes señores del caos solo son ¡LA PESTILENCIA!
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