Es preocupante ver hacia donde nos están conduciendo algunas fuerzas negativas que hoy apuestan por una salida violenta al actual gobierno del presidente Maduro.
Dan tristeza, pero sobretodo dan mucho temor, las peligrosas similitudes de nuestra situación con los hechos sucedidos en Ucrania, donde un cruento golpe de estado auspiciado por el imperio financiero puso en el poder a un gobierno fascista de extrema derecha y llevó a una guerra civil que parece no tener solución y en Siria, donde la intervención de estas mismas fuerzas ya han causado daños casi irreparables en el tejido social de ese país, cientos de miles de muertos, millones de desplazados, y la destrucción continua de sus infraestructuras.
Antes que nada debemos hacer, cada uno de nosotros, un análisis muy personal, crítico y profundo del contexto global en que está sumergido el país, reconocer quienes son los verdaderos enemigos del pueblo y que se está jugando en Venezuela.
En la mayoría de mis escritos ya he planteado mi posición, mi opinión firme al respecto. Tengo claro quienes siempre salen beneficiados de los procesos de destrucción del tejido social de los pueblos, de la violencia y de las guerras, y NUNCA es el pueblo llano, por el contrario, somos los más humildes y las así llamadas clases medias los que ponemos los muertos y los únicos perdedores de cualquier conflicto violento.
Todos queremos cambiar a Venezuela, todos queremos un futuro mejor para nuestros hijos, pero no así, no con sangre y violencia, no con saqueos y vandalismo, no con odio y rencor!
No con grupos violentos y armados sembrando el caos y el desorden en nombre de la “libertad”, no con un proceso de desestabilización que nos puede llevar a una guerra fratricida que solo beneficiaría a las elites de siempre.
A este gobierno, si lo queremos cambiar, cambiémoslo con votos, no con piedras, cohetones, molotovs, piñitas y vandalismo. A nuestra Patria si la queremos cambiar para mejor, hagámoslo constitucionalmente, entre todos por medio de una constituyente, cambiémosla con trabajo, con esfuerzo, con cultura, con innovación pero sobre todas las cosas en paz y con verdadero amor.
Dan tristeza, pero sobretodo dan mucho temor, las peligrosas similitudes de nuestra situación con los hechos sucedidos en Ucrania, donde un cruento golpe de estado auspiciado por el imperio financiero puso en el poder a un gobierno fascista de extrema derecha y llevó a una guerra civil que parece no tener solución y en Siria, donde la intervención de estas mismas fuerzas ya han causado daños casi irreparables en el tejido social de ese país, cientos de miles de muertos, millones de desplazados, y la destrucción continua de sus infraestructuras.
Antes que nada debemos hacer, cada uno de nosotros, un análisis muy personal, crítico y profundo del contexto global en que está sumergido el país, reconocer quienes son los verdaderos enemigos del pueblo y que se está jugando en Venezuela.
En la mayoría de mis escritos ya he planteado mi posición, mi opinión firme al respecto. Tengo claro quienes siempre salen beneficiados de los procesos de destrucción del tejido social de los pueblos, de la violencia y de las guerras, y NUNCA es el pueblo llano, por el contrario, somos los más humildes y las así llamadas clases medias los que ponemos los muertos y los únicos perdedores de cualquier conflicto violento.
Todos queremos cambiar a Venezuela, todos queremos un futuro mejor para nuestros hijos, pero no así, no con sangre y violencia, no con saqueos y vandalismo, no con odio y rencor!
No con grupos violentos y armados sembrando el caos y el desorden en nombre de la “libertad”, no con un proceso de desestabilización que nos puede llevar a una guerra fratricida que solo beneficiaría a las elites de siempre.
A este gobierno, si lo queremos cambiar, cambiémoslo con votos, no con piedras, cohetones, molotovs, piñitas y vandalismo. A nuestra Patria si la queremos cambiar para mejor, hagámoslo constitucionalmente, entre todos por medio de una constituyente, cambiémosla con trabajo, con esfuerzo, con cultura, con innovación pero sobre todas las cosas en paz y con verdadero amor.
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