Bloquear internet es imposible. Tramita todo obstáculo como una falla
del sistema y termina hallándole alguna vía libre. Cuestión de tiempo,
más nada.
La última es que algunas empresas de software imperiales nos están
obstruyendo -Adobe, Oracle. Nos están dando la oportunidad de
vacunarnos, es decir, curarnos en salud y premunirnos contra un asedio
general.
No es difícil. Es hasta divertido. Todo lo que nos están cortando
tiene alternativas de software libre y de código abierto. Y cada vez
mejores. Siempre que nos agreden nos favorecen. Sin contar las copias no
autorizadas, los “quemaditos”, en lo que tenemos años de experiencia.
La actual posesión capitalista de los medios de producción ha
exacerbado la propiedad intelectual hasta la histeria. La burguesía se
pone como loca cuando le copias sin pagarle una película, un libro, una
canción, un software, una patente. Solo se prohíbe lo que se hace. La
mayoría de la gente se copia los programas desde que existe la
cibernética. ¿Nunca has copiado una tonadilla sin autorización? ¿Ni para
el cumpleaños de tu bebé?
Con tal medida se están metiendo un tiro en un pie, porque están
castigando única y precisamente a quienes se portan bien con ellas
pagándoles sus productos con devoción.
La empresa china Huaway se adelantó a lo que le podía venir con
Google y su sistema operativo Android y desarrolló el suyo propio. Ahora
es el imperio quien le está velando sus adelantos tecnológicos, como el
5G. Aprendamos de la China. La deslocalización fuera de su territorio
de las industrias gringas hacia el otrora tercer mundo -hoy cada vez más
primero, como la China- ha traído como consecuencia una merma en
investigación y desarrollo en el imperio mesmo, lo que redunda en un
atraso tecnológico cada vez más rápido y furioso, con ganancia para la
China y otros países.
Rusia, la India, Irán, Venezuela -sí, dije
Venezuela. Hasta Hollywood, la joya de la corona, cayó en manos de
Marvel de un modo igualmente rápido y furioso.
Y no hablemos de la industria que por pereza mental llamaré musical.
Hay excepciones, pero eso es precisamente lo malo, que lo que antes era
regla ahora es anomalía y a menudo ni existe. La decadencia de Apple es
patética y ridícula.
A eso conduce la soberbia.
Fuente: Ultimas Noticias.
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