Desde el 6 al 13 de noviembre, estos ejercicios militares reunirán a
unas 2000 tropas activas de Colombia, Brasil y Perú. De forma oficial se
anunció la inclusión de 1.500 militares brasileños, 150 de Colombia,
120 de Perú y 30 estadounidenses, además de observadores de más de 20
países.
La operación consiste en el destacamento de una unidad militar multinacional, en
teoría, por un tiempo determinado mediante una base-campamento en
territorio del Amazonas brasileño. Esta operación sigue el espíritu del
ejercicio "Logistician Capaz 2015" realizado por países de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en 2015, en Hungría,
ejercicios que consagraron maniobras perfiladas a simular la
destrucción de las líneas de defensa de Rusia.
El ejercicio se encontraría liderado por el Comando Logístico del
Ejército de Brasil (COLOG) y el pronunciamiento público sobre los
ejercicios parte del supuesto de desarrollar maniobras de apoyo a
personal civil y militar en un contexto de "operaciones de paz y ayuda
humanitaria".
Antecedentes recientes y contexto
Esta es la segunda oportunidad en la que fuerzas de tarea de países
vecinos, conjuntamente con EEUU, realizan maniobras militares en las
cercanías de Venezuela, justo en tiempos de abierta hostilidad e
intentos de cercos diplomáticos y económicos por parte de EEUU y sus
aliados en el continente contra la revolución bolivariana.
El pasado 2 de junio, la página web oficial del Comando Sur
estadounidense publicó un comunicado de prensa donde anunciaba
ejercicios y maniobras militares a sólo metros de las aguas
territoriales venezolanas, concretamente en Barbados y Trinidad y
Tobago. En esencia, se trataba de ejercicios bastante particulares, en
tiempos en que el Gobierno venezolano denuncia planes de intervención
desde EEUU.
Estos fueron los ejercicios militares denominados "Tradewinds 2017" (Vientos
alisios 2017). Según las publicaciones del momento se trató de "una
maniobra multinacional de seguridad marítima y respuesta a desastres" en
el Caribe. El ejercicio desplegado en el mar Caribe constó de dos
fases.
La primera en el mar territorial de Barbados del 6 al 12 de junio, y
la segunda en Trinidad y Tobago (a unos 600 kilómetros de las costas
venezolanas) del 13 al 17 de junio.
Según el Comando Sur, citado por la edición en español de Russia
Today, en la maniobra estuvieron presentes "2 mil 500 participantes"
provenientes de Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica,
República Dominicana, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, San Cristóbal y
Nieves, Suriname, San Vicente y las Granadinas y Trinidad y Tabago.
También personal militar de EEUU, Canadá, Francia, México y el Reino
Unido. Con los Tradewinds 2017 se invitó a "países socios" con el objeto
de establecer acciones conjuntas "para contrarrestar el crimen
organizado trasnacional, el terrorismo y las operaciones de socorro en
casos de desastre".
No obstante los nuevos ejercicios en la Amazonia han generado
suspicacias por sus particularidades. En mayo al anunciarse los
ejercicios, el general de la Fuerza Armada Brasileña Theofilo de
Oliveira, señaló que el propósito de la actividad es prepararse para
"situaciones de carácter humanitario en la región", enmarcándose en la
narrativa insertada desde medios de propaganda transnacional que
insistentemente señalan el advenimiento de una "crisis humanitaria" o un
"conflicto civil a gran escala" en Venezuela.
Otra cuestión curiosa y de fecha reciente, también de inicios de mayo
de 2017, es el encuentro que tuvo Julio Borges, cara visible del
golpismo venezolano y presidente del parlamento, quien se presentó en
Washington con el peligroso general norteamericano H. R. McMaster.
La reunión formó parte de una visita del dirigente de Primero
Justicia, quien coordinó verse con las caras más notables del
establishment estadounidense antichavista, los senadores Marco Rubio,
Ben Cardin, John McCain y compañía, quienes han trabajado en simultáneo
en favor de nuevas tandas de sanciones contra Venezuela.
Borges se reunió con H.R. McMaster, quien es el Consejero de
Seguridad Nacional de Trump, la figura más influyente para el presidente
norteamericano con relación a temas militares y geopolíticos.
Precisamente, McMaster tiene conocimiento de causa sobre cómo se fabrica
una guerra para ser aceptada por la población civil estadounidense y
por la llamada comunidad internacional.
Su libro Dereliction of Duty (podría traducirse como Negligencia del
deber) publicado en 1997 es un análisis sobre cómo el gobierno
estadounidense mintió a su pueblo y a los países aliados de EEUU para
entrar en la guerra contra Vietnam en los años 60 del siglo pasado, y
las posteriores consecuencias del fracaso norteamericano en esa guerra
en particular.
No está demás señalar posturas abiertamente adversarias desde los
gobiernos de EEUU, quienes mediante su presidente han amenazado con una
intervención militar a Venezuela. Como también es necesario destacar los
señalamientos de los presidentes de Colombia, Brasil y Perú, sobre la
"cuestión humanitaria" en Venezuela y la necesidad de "reestablecer la
democracia" en la nación caribeña, en un marco de retórica intoxicante,
que ha coqueteado con mecanismos extrainstitucionales y no democráticos
para propiciar un desplazamiento de la revolución bolivariana.
En los meses del reciente ciclo violento antichavista en Venezuela,
de abril a julio de 2017, este grupo de países tuvo vocerías que
abiertamente auparon actos terroristas en Venezuela y el intento de
empuje de la población a un conflicto civil, una vez que la violencia
paramilitarizada y articulada tomara consistentemente importantes
sectores en algunas ciudades de Venezuela. Escalada que generó unos 136
muertos y miles de heridos y lesionados.
¿Son benévolos los propósitos de estos ejercicios militares?
Si la realización de estos ejercicios para la contención de crisis
humanitarias a escala regional apuntan a Venezuela, es necesario
formular las siguientes preguntas: ¿Las maniobras de contención de
desastres que realiza el Comando Sur prevén el escenario de un desastre
en tierras venezolanas y con proyección al Caribe, Colombia y Brasil?
¿Se prepara EEUU a situaciones bélicas en Venezuela con consecuente
migración masiva al Caribe, Colombia y Brasil? ¿Desea EEUU consolidar un
"cortafuegos" en caso de una situación bélica en Venezuela?
Los señalamientos sobre la no ejecución de un conflicto armado en
Venezuela parten de los severos riesgos de la creación de un duro arco
de inestabilidad al norte de Sudamérica con proyección al Caribe y
Centroamérica. Es decir, si hay algún elemento que podría inhibir a EEUU
de realizar una intervención convencional o no convencional (conflicto
mercenarizado como en Libia y Siria) sería precisamente debido a las
entredichas posibilidades de "encapsular" el conflicto en territorio
venezolano. No obstante, estas contingencias, estas maniobras, infieren
la preparación de las fuerzas militares vecinas para esos escenarios. En
consecuencia, las suspicacias alrededor de AmazonLog 17 no están demás.
Necesario es entender el sentido de amplitud con que se manejan, desde el planteamiento estratégico y militar norteamericano,
los términos "amenazas", "desastres", "labor humanitaria" y "seguridad
marítima", asumiendo que los factores de amenaza no yacen exclusivamente
al día de hoy en situaciones tradicionales como el tráfico de drogas en
el Caribe o las guerrillas. Para EEUU las amenazas son de otra índole y
se direccionan a Venezuela.
La filosofía de los conflictos bélicos norteamericana es exactamente
replicada por los países sudamericanos que forman parte de este
ejercicio en el Amazonas, en el contexto de una clara influencia de la
"Escuela de Las Américas", mejor conocido hoy como Instituto del
Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad (en inglés: Western Hemisphere Institute for Security Cooperation).
Linbergh Farias, líder de la bancada del Partido de los Trabajadores
(PT) en el Senado Federal de Brasil declaró que aun cuando el propósito
anunciado de Amazonlog 17 sea el de entrenar tropas para operar en medio
de crisis humanitarias, el objetivo real parece ser otro: encajar a las
Fuerzas Armadas brasileñas en la órbita estratégica de Estados Unidos.
La orientación estratégica de EEUU ha apuntado históricamente a
declarar zonas estratégicas de su interés con cuantías de recursos,
aunque estos se encuentren fuera de sus fronteras. Venezuela se inscribe
en este contexto, entendiendo que durante décadas Venezuela fue una
especie de protectorado militar de EEUU y país-mina sirviendo ingentes
recursos energéticos y minerales a EEUU. Cuestión que ha sufrido
importantes cambios desde el auge del chavismo.
Las derivaciones de estos ejercicios no quedan excluídas en lo
absoluto de ninguna de las afirmaciones de la política estratégica
norteamericana, especialmente la que se encuentra trazada en las líneas
de acción del Comando Sur, que apuntan a crear "zonas de garantía" de la
seguridad interna de EEUU frente a amenazas en la región sudamericana.
Desde 2015, Venezuela fue declarada mediante el decreto 13628 como una
"amenaza inusual y extraordinaria" para la seguridad de EEUU. Justamente
en el marco legal de ese decreto, Donald Trump dio una orden ejecutiva
el 25 de agosto de 2017 para sancionar la economía venezolana y
profundizar un ciclo de asfixia a la vida económica y política de este
país.
Al unir los puntos que marcan estos eventos, pareciera ser que EEUU
además de articular acciones para detonar el orden político y social en
Venezuela, podría estar creando contingencias a escala regional para
atenuar los efectos y derivaciones de ello.
Fuente: Misión Verdad.
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