El 15 de diciembre de 2017 tenía lugar en São Paulo, Brasil, un hito científico que pasó algo desapercibido. El Hospital Las Clínicas de la Universidad de São Paulo acogía el nacimiento de la primera niña gestada en un útero trasplantado de un cadáver, el de una mujer madre de tres hijos que falleció a los 45 años de un infarto cerebral.
Casi un año después, la ciencia confirma que el procedimiento se llevó a cabo y lo hace con su publicación en una de las revistas médicas más importantes del mundo, The Lancet.
Se trata de todo un hito en la reproducción asistida, porque la madre -una mujer que tenía 32 años cuando empezó el proceso- padecía síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser y no tenía opciones de ser madre biológica.
La ciencia sí tenía una opción para ella cuando comenzó el procedimiento en 2016, repetir algo que se ha llevado a cabo en 39 ocasiones y ha traído al mundo a 11 bebés: la gestación en un útero trasplantado de una donante viva. Pero este procedimiento -que se hizo por primera vez en Suecia con la participación del ginecólogo español César Díaz-García- no está exento de polémica ,ya que implica someter a una cirugía invasiva e importante a una mujer -la donante- sana para llevar a cabo una operación que no soluciona una necesidad vital, como la mayoría de los trasplantes.
Esto se evita en el caso brasileño, como resaltó a EL ESPAÑOL Dani Ejzenberg, el ginecólogo que acompañó a la madre en el trasplante de útero y autor principal del artículo de The Lancet:"Es muy importante para las mujeres. A partir de ahora podrán tener otra posibilidad aparte de la de esperar a una donante viva. Además cuando se usa una donadora fallecida se evitan los riesgos que supone la operación para la mujer sana que cede su útero. Solamente tenemos una paciente con riesgo quirúrgico".
La operación de recepción del útero de la donante fallecida no está exenta de riesgo para la receptora, que pasó diez horas y media en quirófano y tuvo que tomar medicamentos inmunosupresores mientras tuvo el útero en su organismo. El órgano donado se le retiró durante la cesárea llevada a cabo para el nacimiento de la bebé.
Él coordinador de trasplantes del Hospital Clínico de São Paulo, Wellington Andraws, explicaba a EL ESPAÑOL cuando se hizo público el caso que esperaban que en uno o dos años hubiera úteros en los bancos de donantes y varios centros especializados en este tipo de operaciones. "La técnica debe mejorar un poco y va a ser una opción real para las mujeres", vaticinaba.
El experto acompañó la afirmación de otra mucho más polémica."Si se implanta el útero y se da un tratamiento hormonal al paciente, un varón va a poder gestar. Desde el punto de vista anatómico, hormonal y médico es posible, va a ser un debate ético que todavía no ha sido abordado, pero la posibilidad médica está ahí", declaraba a este diario.
Fuente: El Español.
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