El problema del consumo excesivo afecta, en mayor o menor medida, a los 65 países y regiones estudiados por la OMS.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió ayer lunes, en un informe publicado en Ginebra, que el aumento excesivo, o la carencia, del consumo de antibióticos puede acelerar peligrosamente el desarrollo de superbacterias mortales resistentes a los mismos sobre todo entre los grupos de población más vulnerales, niños y personas mayores.
Los antibióticos fueron descubiertos en 1920 y, desde entonces, han permitido luchar contra las enfermedades de origen bacteriano como la neumonía, la tuberculosis y la meningitis. Este fármaco ha permitido salvar a millones de vidas. Sin embargo, al paso del tiempo algunas bacterias han podido modificarse hasta volverse resistentes frente a los mismos.
Según la OMS, en Brasil, Indonesia o Rusia, entre el 40 y el 60% de infecciones son ya resistentes a los antibióticos. Un 17% en los países occidentales. Además, la resistencia a antibióticos prescritos como último recurso, cuando ya no hay ninguna otra solución, podría ser superior al 70%, en 2030, en algunos países del mundo.
En repetidas ocasiones la agencia sanitaria de la ONU ha alertado respecto a la posibilidad de que estos medicamentos sean menos eficaces en el futuro. En 2017, la ONU lanzó un llamamiento a países miembros y grupos farmaceúticos para que relanzaran la investigación de medicamentos capaces de luchar contra las superbacterias que resisten a los antibióticos.
«La principal causa de la resistencia frente a las bacterias es el consumo excesivo o insuficiente de antibióticos. Si estos medicamentos pierden en eficacia se perderá la capacidad de tratar a infecciones tan corrientes como la neumonía», declaró Suzanne Hill, jefa del departamento de medicamentos esenciales en la OMS.
Una bacteria se convierte en resistente cuando los pacientes utilizan antibióticos sin necesidad o no llegan a terminar un tratamiento. En estas situaciones las bacterias no llegan a ser eliminadas del todo y consiguen sobrevivir o desarrollar alguna forma de inmunidad convirtiéndose en superbacterias.
Estas superbacterias resistentes a los antibióticos no sólo ponen en peligro la vida de las personas afectadas sino que también aumentan el déficit de los sistemas de salud. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), podrían, ocasionar hasta 3’5 mil millones de dólares de gastos de salud suplementarios en los países occidentales.
Las superbacterias resistentes causan más gastos, a los sistemas de salud, que la gripe, el sida o la tuberculosis. Se calcula que los países occidentales dedican un promedio del 10% del presupuesto de salud a su tratamiento y este porcentaje continuará aumentando si no se encuentra una solución a corto plazo. Este tipo de bacterias podrían acabar con la vida de 2’4 millones de personas antes de 2050.
Los expertos de la OMS precisan que la utilización de medicamentos de calidad mediocre o falsificados incrementa el riesgo de desarrollar una resistencia a los antibióticos. También, cuando las personas no tienen medios económicos para pagarse un tratamiento completo o carecen de acceso a medicinas de calidad.
En Euorpa el consumo diario de antibióticos es de unas 18 dosis diarias por cada 1000 habitantes, según el sistema de cálculo establecido por la OMS. Aunque el estudio no es exhaustivo -faltan informaciones sobre Estados Unidos, China e India- los expertos esperan sensibilizar a los gobiernos y a la opinión pública respecto a este problema.
Fuente: ABC.ES
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