La Casa Blanca retoma un plan energético ideado por George W. Bush en 2001 y que fue interrumpido durante la presidencia de Barack Obama.
Donald Trump firmó dos decretos para reactivar y acelerar la construcción del oleoducto Keystone XL, como parte de su promesa electoral de generar puestos de trabajo dentro de su país.
La decisión del presidente, informa la agencia Prensa Latina, ignora "las protestas de ambientalistas y grupos de nativos en Dakota del Norte contra el oleoducto".
Diseñado con un trazado de 1.900 kilómetros, pretende transportar petróleo crudo sintético y bituminoso diluido. Será una tubería "de casi 1 metro de diámetro (36 pulgadas)" que una vez concluida tendrá la capacidad de transportar cerca de "un millón de barriles diarios para el mercado estadounidense". Una cifra que llama la atención en Venezuela.
El cliente
A pesar de la diversificación de clientes emprendida por la estatal Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (Pdvsa), Estados Unidos sigue siendo el principal destino de las exportaciones de crudo de esta nación latinoamericana.
Datos aportados por el informe oficial de 2015 (página 70) de la petrolera venezolana indican que durante ese año se exportaron 804 millones de barriles diarios (MBD) a Norteamérica. De ellos, 731 MBD (un 38% del total de exportaciones) fueron directamente a Estados Unidos. Es decir, un volumen que podría ser sustituido por la capacidad de transporte del nuevo oleoducto.
A pesar de ello, el académico venezolano Milko González, experto en materia petrolera, prefiere leer con lupa ese tipo de anuncios realizados por Washington.
"¿Qué busca ese tipo de noticia? ¿Es solo efectismo o crear zozobra? Sin embargo, no hay que perder de vista que desde hace 10 años Estados Unidos desarrolla una política enfocada en la autosuficiencia energética y petrolera".
Y más allá de reactivar los empleos con la fabricación del ducto, González indica que hace falta saber si esa obra les bastará "para la autosuficiencia o si será solo para sustituir importaciones. De ser así, Estados Unidos echaría mano de sus reservas internas y debe estar dispuesto a explotarlas".
Reservas del mundo
A la fecha, las reservas probadas de crudo estadounidense rondan los "26.000 millones de barriles", apunta Milko González, lo que se traduce en una cantidad "modesta" si se comparan con las de otras naciones.
Un informe del diario 'Gestión' enumera a los países del mundo con mayores reservas petroleras según un 'ranking' elaborado por la agencia Business Insider: Venezuela (297.700 millones de barriles), Arabia Saudita (268.400 millones), Canadá (173.200 millones), Irán (157.300 millones), Irak (140.300 millones), Kuwait (104.000 millones), Emiratos Árabes (97.800 millones), Rusia (80.000 millones), Libia (48.470 millones) y Nigeria (37.140 millones)
Países conflictivos
Otra interpretación que surge de la decisión estadounidense de reactivar los trabajos en los oleoductos es que Donald Trump estaría dando continuidad a un plan energético y petrolero del Partido Republicano.
En 2001, George W. Bush presentó el 'Plan Nacional de Energía' (PNE), que fue interrumpido por los ocho años de la Administración demócrata (de Barack Obama).
"Ese plan propone maximizar la explotación interna de crudo, con la búsqueda de yacimientos y el uso de nuevas técnicas, pero también plantea que las importaciones de petróleo serán fortalecidas por la relación con sus socios naturales como Canadá, México y Arabia Saudita".
Por otra parte, el PNE propone reducir la dependencia de Estados Unidos con países que ellos consideran "conflictivos, como los de Oriente Medio. El texto también menciona a Venezuela y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) como hostiles a sus intereses".
Las opciones
A pesar de mirarlo con atención, Milko González cree que la relación comercial entre Estados Unidos y Venezuela solo se vería afectada si Washington aplicase sanciones a Pdvsa, como la prohibición de venta de los crudos en su territorio, en el marco de las medidas proteccionistas avizoradas por Trump.
"Los estadounidenses podrían sustituir el casi millón de barriles que les suministra Venezuela con crudo de Canadá, a pesar de que no tienen la calidad del venezolano. La dificultad sería para Pdvsa, ya que otros socios como China o India no tendrían la capacidad de absorber ese volumen de petróleo".
Por ahora, Caracas mantiene la cautela y envía señales amistosas, esperando "la normalización, la reconciliación y la cooperación" con la nueva gestión de la Casa Blanca.
"Una cosa es el discurso retórico y otra es la realidad. Y la realidad es que la relación petrolera con Estados Unidos sigue siendo de dependencia", señala el experto.
Ernesto J. Navarro
Fuente: RT en Español
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