“Todo lo que es revolucionario, lo que enseña,
lo que trata de guiar, lleno de luz y de conciencia, de claridad y de belleza,
a los hombres y a los pueblos a mejores destinos, hacia más altas cumbres del
pensamiento, de la vida y de la justicia, encuentra la reprobación más
encarnizada del imperialismo; encuentra la valla, la condena, la persecución
macartista”. Fidel Castro Ruz
La llamada ayuda humanitaria puesta en el
discurso de los imperiales y quienes le siguen ciegamente, quizá es la forma “atractiva”
de intentar camuflar una intervención bélica en territorio Venezolano, pero ¿cómo
lograrlo en un país que tiene dos décadas en una Revolución Social que ha
generado condiciones y destinado grandes recursos para la salud de su pueblo? La
respuesta es generando caos dentro del sistema, para evitar que pueda el pueblo
realmente ser atendido y justificar la intervención, usando a sus operadores
internos, incluso infiltrando agentes en puntos estratégicos de la
administración pública, propiciando la corrupción inducida, el deterioro de los
servicios, además de la persecución de los cuadros revolucionarios y técnicos
dentro del complejo sistema de Salud Pública, permitiendo que no funcione el
sistema y así el grueso de los pacientes dependan a su vez de la medicina
privada, financiando entonces el mismo sistema podrido de las clínicas y
seguros que terminan siendo los mismos que han acabado con las esperanzas del
pueblo que acuden a los centros de salud del estado.
El imperialismo ha apuntado al sistema de salud
pública en dos vértices, desde lo internacional generando el bloqueo de los
recursos, y el interno o nacional propiciando el saboteo del sistema público de
Salud, donde participan como principales agentes la Federación Médica, los
Sindicatos opositores y los colegios de enfermerías entre otros, toda una
orquesta, a la que se le agrega agentes encubiertos o no, que ocupan cargos
claves dentro de la administración que se encargan de sabotear, pasar
información y perseguir nuestros cuadros políticos y técnicos, ya sean médicos,
enfermeras, personal obrero que han sido identificados con la Revolución.
Necesitamos consolidar desde el sistema de
salud un bloque Revolucionario histórico que salga en defensa no solo de la
salud de todo nuestro pueblo, sino en defensa de los cuadros que allí
permanecen resistiendo, debemos identificar cuáles son las debilidades y
fortalezas que tenemos en el sistema y a su vez propiciar los cambios profundos
y fundamentales que más allá de lo reivindicativo que es necesario trascienda
al problema de soberanía y seguridad que significa tener una Sistema Público de
Salud Blindado y verdaderamente Revolucionario, que obedezca a los intereses de
nuestro pueblo y no este que actualmente tenemos que está filtrado y va en vías
de privatización en todas sus anchas.
Debemos impulsar una nueva y revolucionaria
cultura del acceso y protección del sistema nacional de Salud pública, donde el
eje transversal sea la formación y promoción de salud de todo el pueblo, donde
todo el pueblo esté vinculado, armonizado y defienda el hecho humano de la
salud, viendo a éste como un cumulo de disciplinas donde la rectora sea la
construcción colectiva del sistema.
Es importante entender desde el punto de vista
Bio-psico-social el hecho de la Salud,no sólo la pública sino todo el proceso,
que no depende sólo del MPPS, debe ser responsabilidad de todas y todos, por
ello debemos conformar una vanguardia de hombres y mujeres en función de
resguardar e impulsar una nueva cultura de Salud en nuestro país, para derrota
la mal llamada “Ayuda Humanitaria”, que no es más que justificar la invasión
con la excusa del deterioro del sistema de salud.
“Cada día el mundo está más esperanzado con la Revolución Bolivariana.
No podemos fallarle al mundo. De lo que pase en Venezuela, del éxito de nuestra
revolución puede depender el futuro, la salvación de este planeta”. Hugo Chávez
Por: Ricardo Alzao
Médico Internista
Cronopio
Comentarios
Publicar un comentario