Tres en corredores en base, dos outs, ultima entrada, el partido está por una carrera, le toca asumir el turno al “Patuleco” Martínez, apodo que le pusieron cuando apenas tenía siete años, pues sufrió un extraño accidente, una bocha, o bola criolla, le cayó en medio de la cabeza, luego que en una cancha otros muchachos mayores que él la lanzaban lo más alto posible, una de las esféricas se quedó atrapada en las ramas de un frondoso árbol de mango, la que al caer tomó, dando vueltas mirando para arriba, al infortunado muchacho, que se paró mareado dando tumbos y sus compañeros lejos de auxiliarlo, le gritaban que estaba “Patuleco”.